Esta tarde la justicia de Maldonado condenó a 8 años de prisión a José María Saravia, de 35 años, por un delito de homicidio.
Este sujeto dio muerte a Lucía Hernández de 23 años, en un local ubicado en 25 deMayo y Santa Teresa en la capital departamental.
De acuerdo a lo narrado en la instancia judicial de esta tarde, en un juicio abreviado, el sujeto no conocía a la víctima.
Se encontraron casualmente en el predio ferial de Maldonado a la hora 08:10 del 29 de mayo, y desde ahí acudieron al local que venía siendo utilizado por la ONG Remar.
En ese sitio comenzaron a consumir pasta base en un patio interno.
En determinado momento la mujer le dio una bofetada a Saravia quien reaccionó golpeándola. Frente a esto la víctima comenzó a gritar y el hombre la tomó del cuello hasta dejarla inconsciente.
En ese momento la trasladó hasta una habitación del lugar y le propinó dos cortes en el cuello y otro en un dedo de la mano, posteriormente sacó arena de una bolsa y la volcó sobre la cabeza de la mujer.
Esto provocó la muerte por asfixia mecánica. A todo esto habían pasado unos 37 minutos desde el momento en que habían llegado.
El hombre se cambió de ropa, ya que la camisa que tenía puesta tenía rastros de sangre de la víctima. Esa prenda la tiró en una volqueta.
El individuo le sacó los championes que tenía su víctima y tomó un bolso y una frazada y huyó del lugar.
Minutos después concurrió hasta la casa de una mujer, que conocía Saravia, y le ofreció la frazada y los championes, porque según le dijo tenía que viajar a Montevideo.
La mujer le compró solamente la frazada en 150 pesos. Ese elemento todavía conservaba algunos rastros de sangre de Lucía.
Los championes como no pudo venderlos, se los regaló a un hombre que todavía no ha sido ubicado.
El cuchillo que usó para el crimen, lo descartó en la calle mientras caminaba por la ciudad.
El asesino tenía las llaves del local en su poder, porque había estado realizando trabajos de pintura, ya que Remar se disponía a entregar el inmueble.
La policía ubicó al hombre con las llaves de los candados del local y vestido con una remera celeste. Esto fue clave para identificarlo además del testimonio de personas de la zona y las cámaras de seguridad, que lo ubicaban con esa vestimenta saliendo de la escena del crimen.
Después que el juez le leyera la condena, el delincuente pidió que no lo llevaran a Las Rosas, porque ayer cuando estaba detenido desde una celda contigua lo habían amenazado de muerte. Pidió ser trasladado a Canelones. Esta solicitud no depende del Poder Judicial, aunque se dará cuenta de la situación a las autoridades carcelarias de dicha amenaza.
Esto generó la reacción inmediata de familiares de la víctima que se encontraban en el lugar. Una de estas personas increpó e insultó al criminal, ante lo cual el juez debió solicitar la calma o en su defecto le iba a exigir que se retirara de la audiencia. El familiar acató el pedido del magistrado y todo continuó con normalidad.
Este individuo tenía un antecedente por rapiña en grado de tentativa y lesiones del 2 de Febrero del 2013.
Foto: Audiencia judicial
Autor: Revista Cero
