LA VIOLENCIA HOMICIDA 

Por: Edward Holfman

Si la violencia homicida se examinara como una epidemia, sin duda sería considerada entre las más graves y letales que enfrenta el Mundo. La magnitud del problema de la violencia, no solo se refleja en la cifras de homicidios, también en otras formas menos visibles de violencia, como la intrafamiliar contra los niños, jóvenes, mujeres y ancianos.

La violencia homicida individual golpea, día a día a miles de personas y es la primera causa de muerte entre los hombres jóvenes, existen zonas de las ciudades, poblaciones, donde se vive cotidianamente bajo riesgo de ser asesinados.

Que América Latina es violenta y letal, no algo nuevo, también la producción cinematográfica, de la región revela, con la violencia extrema de las ciudades como co-protagonista, documentales y series muchas de ellas basadas en hechos reales, quien no miro series NARCOS o TROPA DE ELITE, allí se refleja la dura y cruel realidad de violencia que se vive a diario. 

La lucha contra las drogas lleva más de cinco décadas, no ha impactado ni el fin de los cultivos, oferta, demanda, ni mucho menos el fin de las organizaciones criminales. 

Los narcotraficantes han aprendido la lección, después de la muerte de Pablo Escobar, menos exposición, menos guerras, menos atentados, pero el problema se genera con la creación de nuevos carteles, nuevos grupos vinculados al negocio ilícito de drogas, un negocio extremadamente rentable pero con reglas que cualquier incumplimiento, falla se paga con la vida, droga, dinero, plomo y muerte.  

Los grupos criminales vinculados al narcotráfico, han respondido a los ataques de las autoridades con la diversificación de los puntos de abastecimiento y embarque, han desarrollado y complejizado las rutas de tránsito, acopio y tráfico de drogas, han cambiado sus perfiles evitando su exposición, buscado nuevos aliados, organizaciones criminales ya no solo en la región de las Américas, ahora aliados en Europa – Asia como la Mafia calabresa Ndrangheta- Mafia Siciliana- Mafia Rusa, Grupos de los Balcanes, alianzas que les sirven para realizar operaciones de narcotráficos en grandes cantidad, moviendo toneladas de drogas a lugares impensados hace una decada atrás.

Existe una articulación entre la violencia con el narcotráfico, la violencia y las organizaciones criminales y la violencia con la lucha contra la producción y el comercio ilícito de drogas. La violencia se refleja en los ajustes de cuentas, el sicariato, guerra entre grupos criminales, por territorio – mercado y por drogas, ataques también a las autoridades, especialmente a policías. 

Los homicidios relacionados con los ajustes de cuentas, conflictos criminales y tráfico de drogas no son nuevos y han aumentado en esta última década, no es un tema nuevo,  tiene larga historia.

La violencia y brutalidad de los últimos homicidios registrados con cuerpos descuartizados, desmembrados y quemados es una demostración de poder es un mensaje simbólico, muchas veces suponemos a quien va dirigido ese  mensaje. 

Este tipo de homicidios tienen mayores dificultades de esclarecimiento, lugares oscuros, poco tránsito, no hay cámaras de video vigilancia y por más que existan testigos que frecuentemente los hay existe en temor real a estos grupos criminales y las personas se niegan a testificar, la personas no creen, no confían en el sistema en general. 

Los altos niveles de violencia homicida (Homicidios) se concentran en “focos” geograficos y demograficos, en barrios, zona, personas, edad, sexo, actividades. Hay grupos específicos de la población que están expuestos a mayores riesgos de ser asesinados. Ejemplos sobran, familias enteras dedicadas al narcotráfico fueron asesinadas. 

Para entender esa violencia homicida hay que entender que hay una  subcultura carcelaria  que se trasladó a las calles a determinados barrios, zonas y personas, sexo y edad, a esa subcultura carcelaria se le agrega una subcultura narco más violenta más letal, donde la muerte es moneda corriente. La subcultura carcelaria y la subcultura narco es un combo letal de violencia y muerte, que se traduce en la cantidad y forma con que se comenten algunos homicidios. Las cárceles se han convertido en centro de operaciones del crimen común y del crimen organizado 

Reducir los altos niveles de violencia homicida es factible, reducir los homicidios se puede lograr. Ciertas personas corren el riesgo de ser asesinadas por el entorno donde viven, donde trabajan y ciertas personas corren el riesgo de ser asesinadas por la profesión que desempeñan o la naturaleza de su profesión del trabajo que realizan. 

Existe una asociación entre altas tasas de homicidios y los bajos niveles de aclaración de los homicidios, atrapar a los responsables y condenarlos. Esto genera IMPUNIDAD, genera lo que llamó la “mercantilización” de la muerte, el sicariato y los ajustes de cuentas, conflictos criminales, la forma ilícita de arreglar estos conflictos es a “base de plomo y bala” igual muerte , no existe otra forma especialmente en el narcotráfico.

Los altos niveles de violencia homicida, también son productos de la inacción del Estado en rehabilitar a las personas privadas de libertad.  Muchas veces de la cárcel salen más violentos, más letales, debido a las condiciones en su estadía dentro de las cárceles. La cárcel muchas veces son generadoras de la violencia homicida que después se ve reflejadas en las calles de nuestro País, conflictos entre grupos, rivalidades, drogas, extorsión, deudas, etc.

La violencia homicida en Uruguay es la punta de un iceberg, un iceberg que es toda la actividad criminal que no se está observando, que no se está analizando. Vemos esa punta iceberg como son los homicidios pero no vemos, la droga que esta ingresando al Pais Cocaina – Extasis – Tuci – Pasta Base Marihuana (cogollo uruguayo) – Laboratorio de Drogas, Transito Acopio – trafico de drogas hacia Europa, Trata de personas – Coyotes, Trafico de migrantes, Estafas, Ciberdelitos – Delincuentes extranjeros Colombianos que fabrica y enseñan todo lo relaciones a la elaboracion de drogas de sintesis TUCI – Personas Ausentes. Economías ilegales en el entorno del narcotráfico, Corrupción. 

Se pueden reducir o prevenir  los homicidios !!!! SI !!! Con una fuerte participación de la ciudadanía, de los vecinos, con una verdadera policía comunitaria o de proximidad más cerca de los vecinos, que conozca la problemática de las zonas del barrio, que se gane la confianza del vecino y así poder realmente brindar las soluciones adecuadas a cada problema de seguridad que se presente, La unión comunidad y policía es clave para el éxito de cualquier política de seguridad. 

La presencia policial, la confianza en la actuación de los policías y su relación con la comunidad, son elementos relevantes en la configuración de la percepción de seguridad en los entornos como son los barrios zonas. 

El Estado debe recuperar los espacios públicos, que fueron captados por grupos criminales, recuperar la autoridad y brindar apoyo y los servicios esenciales a la comunidad. 

La planificación urbana tiene un papel importante en la prevención del crimen y los homicidios. Las causas del crimen y los homicidios son diversas, entre ellas la desigualdad, pero también hay una relación entre la inseguridad y el diseño, planificación y gestión urbana deficientes.

Por ejemplo, las actividades delictivas tienden a ser más agudas en lugares donde no hay suficiente alumbrado público, en terrenos baldíos, o en edificios abandonados. También en calles con difícil acceso, así como en áreas poco vigiladas o con reducida visibilidad en donde es fácil esconderse. 

Para reducir la violencia homicida es importante mejorar el diseño y la gestión del entorno, barrio, zona y son acciones preventivas que pueden ayudar a reducir el crimen.

Los vecindarios mejor conectados actúan contra la delincuencia Los grupos criminales operan con mayor facilidad en áreas de difícil acceso. Contar con calles bien diseñadas y con una buena infraestructura, facilita la vigilancia y también la rápida acción policial.

El transporte público puede reducir la desigualdad y facilitar el acceso de manera segura a la población. Las áreas sin transporte público tienden a aislarse y pueden producir una espiral de efectos negativos como desempleo, desigualdad y delincuencia. Más y mejor transporte público facilita a las personas acercarse a más y mejores oportunidades.

Una ciudad compacta tiene más vigilancia, combinar espacios residenciales, laborales y comerciales dentro de un vecindario genera mayor actividad durante el día y la noche, lo que permite a quienes lo frecuentan, ejercer una observación pasiva de lo que sucede alrededor y comunicar cualquier irregularidad a las autoridades. El espacio público en buen estado crea un sentido de identidad social. Fomentar su uso para actividades que beneficien el desarrollo de la comunidad, como el arte y el deporte, desincentiva a la delincuencia. El espacio público genera un efecto de orden y seguridad

Los espacios urbanos en malas condiciones envían una clara señal,  “aquí no hay nadie que cuide esto” por el contrario, cuidarlos y utilizarlos envía

un fuerte mensaje de mejora social y es una estrategia de disuasión del crimen.

La planificación urbana, combinada con otras acciones sociales y de seguridad, pueden reducir la delincuencia en las ciudades y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

La violencia homicida es un importante y grave problema de seguridad pública. Por su alta complejidad es necesario que se sigan realizando estudios que ayuden a explicar la participación de ciertos factores de riesgo en la dinámica de la probabilidad de ser víctima de un homicidios, con el fin de disponer de más elementos de juicio que ayuden en el abordaje del problema. 

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