Lo siguiente es mi opinión. Fabián Sánchez
La palabra empatía está de moda. No su acción, no en la fuerza de su significado que es la “capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos” dice la RAE. Desde hace tiempo opino abiertamente que la palabra ha sido prostituida. Muchas veces es sacada a la luz con la finalidad de exigir o justificar algo. Cierta vez alguien escribió a Revista Cero pidiendo que se eliminara de los registros de nuestras noticias el nombre de un joven que había cometido una rapiña. El caso es que el hombre ahora buscaba trabajo y si alguien ponía en google su nombre, saldría en las noticias de Revista Cero y según la familia eso le prohibiría acceder a una oportunidad laboral. El pedido fue tan respetuoso y tan coherente, y como no se puso en ningún momento a la “empatía” como justificación, es que se accedió al pedido. Creo que fuimos de los pocos porque hasta hace un tiempo si se buscaba ese nombre salía en las noticias de otros portales. Pero eso nos hizo reflexionar.
Y por un instante pensamos ¿tenemos empatía? ¿nos pusimos en el lugar del otro o solo quisimos ser amables frente al respetuoso pedido? y si, quisimos devolver el mismo respeto y además era un hecho del cual nadie se acuerda porque pasó hace muchos años y si eso supuestamente ayudaba; que ayude.
¿El periodista, el medio de comunicación, debe tener empatía?
El periodista tiene que informar. El que tiene que tener empatía por su familia es quien comete un delito o el hecho que sea. Pensar antes en SU familia y no exigir después a los periodistas que piensen que detrás del protagonista de un hecho hay una familia. ¿Y la familia de las víctimas? ¿No cuentan?
El periodista informa. Sin alma. Sin corazón. Porque la verdad no necesita que le pongan sentimientos. La noticia es y como tal no necesita que se le imprima nada más, bastará con contarla para que ya sea suficiente. El deber del periodista en tal caso, es el de tener informada a su sociedad y prevenirla de cosas, o si se tiene una fina soberbia, se podría decir que debe esforzarse en ayudarla a entender su realidad.
Por eso queridos lectores, si en algún momento piden empatía mejor que sea, primeramente, de la casa para adentro. El periodista tiene una primaria obligación: narrar la realidad.