Los seres que ejercen el periodismo sufren de lo que yo le llamo “la enfermedad del médico”

Lo siguiente es mi opinión. Fabián Sánchez

Los médicos que conozco al igual que los periodistas que también creo conocer en mayor número, suelen ser interpelados en fiestas, reuniones familiares, de amigos, conocidos o simplemente cuando un vecino los encuentra. Me duele aquí dice alguien en el medio de un casamiento mientras se apunta al estómago y espera que el médico en milésimas de segundo le defina el motivo de ese dolor. 

Y no hablemos de los medicamentos que les pueden llegar a pedir a los médicos entre una pizza y un fainá. ¿Que puedo tomar para tal dolor? preguntan muchas veces y sin vergüenza, mientras el doctor se refugia en Hipócrates y de ahí emerge su amabilidad para dar una respuesta satisfactoria, tan satisfactoria como cortante. Y si además el médico ha tenido la “desgracia” de ser especialista en alguna materia que debo consultar, con la misma falta de vergüenza y en el medio de la cena le preguntaré durante toda la noche sobre mis males y sin pagar una consulta, como corresponde en estos casos. Y lo mismo les pasa a los periodistas. Llegan a una reunión y no falta el que los recibe al grito de “este debe de saber que pasó con el que mataron”. Y cuando se necesita alimentar el morbo no se duda en decir “y los sesos me imagino que por todos lados”. “¿Qué político vende drogas?” me han preguntado en el medio de un evento social en un conocido salón esteño, y no se si son de la DEA o quieren ir a comprar. La cosa se agrava, tal cual el médico especialista, si el periodista es experto en alguna temática. Los policiales y judiciales son los preferidos del público. Después lo sigue el tránsito y la política y posteriormente la economía. Cual es el corrupto, por qué le dan más pena a unos que a otros, que dicen las encuestas de los políticos. Que va a pasar con el dólar. Si un político fue jodido por otro, si tal o cual engaña a su pareja, y un largo rosario de preguntas que a medida que entran en confianza no paran hasta la mayor duda de todas ¿cuánto gana un periodista?

Por eso desde estas páginas, animo a todos los que se encuentran con un periodista al menos a darles un respiro antes de empezar a interpelarlos sobre sus conocimientos noticiosos, y recuerden que el periodista vale más por lo que calla que por lo que dice, porque ahí está su poder. 

Comparta esta noticia en: